He de llamar al insomnio bajo tu nombre, en mis horas de infinita certeza.
Si; aun mis pasos siguen tus pisadas y mis manos sin vida propia recurren tus mejillas al consolar el sueno.
Noches de desdicha que el viento del otono no puede arrancar, dejando el olor de tus sedas en una imaginada cama de recuerdos.
Olvidar los anos compartidos, los infortunios de un aprendiz, la sonrisa de un amanecer perfecto, tus labios.
Correr sin este ni sol que guie mis astucias, perdido en el oceano de tus blancas arenas y el proximo azulejo de un dia mas sin tu compania.
Si; aun te pertenezco, y quiza algun dia nos podamos encontrar.